EL YETI SALE A LA LUZ
* Se trataba de un hombre de Murcia.
Una expedición norteamericana que intentaba desentrañar si realmente existía el Yeti ha puesto fin al misterio demostrando que, en efecto, existía. Sin embargo, para decepción de los conspiranoicos y amantes del misterio en general, el Yeti no se trataba de un monstruo de la antigüedad, ni de Elvis Presley disfrazado ni de una criatura intergaláctica que estudiaba el planeta para preparar una invasión extraterrestre que empezaría por el Himalaya para atacar luego las grandes ciudades y masacrar a la especie humana en venganza por haber creado a Justin Beaver.
Los exploradores ya habían decidido abandonar cuando, de repente, se encontraron con el Yeti. Quedaron en estado de shock, sobre todo al ver cómo el monstruo se dirigía a ellos en inglés si tenían tabaco. Pasados los primeros momentos de sospresa, Josehp Toole hizo lo que cualquier norteamericano haría en esas situaciones. Tras encontrar lo que tanto esfuerzo le había costado encontrar, se dispuso a asesinarlo brutalmente para poder despedazarlo, estudiarlo y exhibirlo en un museo. Incluso, según nos confesó el propio Toole, ya tenía en la cabeza varios guiones para la película. Por suerte, otro de los expedicionarios consiguió detener su acometida. Francis Parrish Gamis Lavish, natural de Higgis, Carolina del Norte, se acercó a la criatura. "Estaba muy asustado.- confiesa.- porque no sabía que podía hacerme. De hecho, esa mancha en los pantalones térmicos es porque me cagué de miedo. Pero sabía que no podía dejar que Toole le matara. Por entregarlo vivo nos darían más pasta".
Parrish se acercó a él y hablándole como a un deficiente mental, muy despacio y a voz en grito le dijo que sí tenía cigarrillos, a lo que el Yeti respondió en castellano que "soy feo pero no sordo". Más desconcierto. Por tanto, Peter O´Kruegge, que domina el castellano, el francés y el griego sólo cuando su amante es hombre, le preguntó que si él era el Yeti a lo que respondió afirmativamente, explicando que él se llamaba Genaro Buendía Cifuentes, natural de Murcia.
Pese a la decepción porque el Yeti no fuera un monstruo ansioso de sangre sino un murciano fan del Atlético de Madrid, le acompañaron a las faldas de la montaña.
Imperial News se puso en contacto con el señor Buendía que nos explicó lo siguiente: "yo era uno de los pioneros del alpinismo en España. Un día fui al Himalaya y me perdí. Tardé cinco años en volver a otro ser humano aunque para entonces mi aspecto era tan desastrado y olía tan mal que la gente huía de mí. Yo estaba ronco por el frío por lo que no pude pedirles ayuda. Desde entonces, cada vez que me aercaba a pedir ayuda, los muy hijos de puta huían en vez de ayudarme... excepto unos osos con mala leche y excesiva afición por las violaciones".
Preguntado si iba a volver a España tras ser rescatado, Genaro confesó que " en verdad me rescataron hace unos años. Ya me he pasado casi toda mi vida en la montaña y al ser rescatado vi el negocío que se había montado con la tontería del Yeti. Pensé en aclarar que en realidad el Yeti era yo pero entonces tendría que renunciar a los Royalties que eso me produce".
Genaro no vive en una cueva ni come lo que caza. El Yeti ha generado tanto dinero que vive en una casa de mil doscientos metros, con jacuzzi, piscina, gimnasio, aeropuerto y plataforma aeroespacial y la comida es importada de los más selectos restaurantes de Lyon.
Preguntado al fin si va a volver a España respondió que "aquí tengo una moza letona que se quedó conmigo. Si usted viera una foto de mi mujer, entendería que perderme fue mejor". También quisimos saber si iba a enfocar el negocio de otra manera ahora que los americanos le habían descubierto. "Los muy cabrones dicen que les pague los gastos. No es que sea agarrado pero no les voy a dar nada. ¿Enfocar al Yeti de otra manera? Bueno, llevo muchos años con este registro. Quizá ahora me dedique a hacerme fotos con los turistas a 50$. Ya veremos".
Así pues, el ser humano descubre otro misterio que no era tal.
Parrish y O´Kruegge en un momento del descenso.
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